f
Desde niños aprendemos a comportarnos por imitación. Observamos primero a nuestros padres y hermanos, luego a otros niños y otros adultos e, incluso, a personajes de ficción para extraer de sus conductas lo que mejor nos viene para incluirlo en nuestras actitudes cotidianas.
No dejamos de hacerlo a medida que vamos creciendo, sin embargo, cuando llegamos a adultos observar comportamientos e incluirlos en nuestros hábitos puede servirnos como herramienta para alcanzar nuestros objetivos.
¿Cuántas veces nos hemos sorprendido diciendo cosas como «me gusta cómo hace tal cosa tal amigo» o «¡ay que ver qué bien se maneja cual amigo!»? Este puede ser el primer paso para mejorar.
Lo primero que podemos hacer es observar con detenimiento las conductas que queremos asimilar como nuestras. De esta observación podemos extraer aquella información útil sobre el comportamiento que observamos: qué hace, cómo lo hace, dónde lo hace, cuándo lo hace, con quién lo hace. Una parte importante es observar detenidamente los resultados colaterales que tiene el comportamiento que deseamos integrar.
Una vez que tenemos suficiente información, el siguiente paso nos lleva a analizar en qué medida podemos incluir en nuestro comportamiento lo que hemos observado. No se trata de ponerse delante de un espejo y repetir los mismos movimientos que hemos observado, más bien se trata hacer nuestro lo que hemos observado y ejecutarlos de forma que salgan naturales.
Cuando hemos encontrado la forma de integrarlo el siguiente paso es ¡hacerlo!. Lo normal es que al principio seamos algo torpes, sin embargo, con la repetición iremos adquiriendo experiencia y asimilando el nuevo comportamiento como un hábito hasta que sea algo integrado en nuestro comportamiento.
Hay que asumir que, como en todo proceso de cambio, habrá una fase de adaptación y aprendizaje donde los resultados no sean todo lo satisfactorio posibles esto es normal. Sino basta con recordar cuando aprendimos a atarnos los cordones y pensar cuántas veces a lo largo del día teníamos que volver a atárnoslos sin contar las veces que nos caímos por pisar los cordones. La clave estaba en caerse, atarlos de nuevo y continuar.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
Functional cookies help to perform certain functionalities like sharing the content of the website on social media platforms, collect feedbacks, and other third-party features.
Performance cookies are used to understand and analyze the key performance indexes of the website which helps in delivering a better user experience for the visitors.
Analytical cookies are used to understand how visitors interact with the website. These cookies help provide information on metrics the number of visitors, bounce rate, traffic source, etc.
Advertisement cookies are used to provide visitors with relevant ads and marketing campaigns. These cookies track visitors across websites and collect information to provide customized ads.
Other uncategorized cookies are those that are being analyzed and have not been classified into a category as yet.